Hoy hablamos de dos conceptos que están en las bases de todos los modelos sistémicos. Explícita o implícitamente.
Orígenes
Entre los años 40 y 50 tuvieron un gran desarrollo, especialmente en Estados Unidos modelos teóricos como la Teoría General de Sistemas o la Cibernética. Concebidas con el fin de constituir un modelo práctico para conceptualizar los fenómenos que la reducción mecanicista de la ciencia clásica no podía explicar.
Era fácil que los antropólogos y demás profesionales de las ciencias sociales se sintieran atraídos por ella, ya que a través de la teoría general de los sistemas podían buscar respuestas a cuestiones que antes no podían abordar.
El propio Bateson intentó convencer a Norbert Wiener (Padre de la cibernética) para que introdujera su pensamiento en el campo de la sociología, pero éste lo rechazó al considerar que era un ámbito demasiado pobre para una teoría tan potente y siguió desarrollando modelos matemáticos para predecir la trayectoria de los bombarderos.
Homeostasis y morfogénesis
Podría parecer que la homeostasis es más relevante ya que recibe más atención durante la formación, pero en realidad la potencia de estos dos conceptos es entender cómo se complementan.
Homeostasis
Del griego homo (ὅμος) que significa "similar" y estasis (στάσις) "estado", "estabilidad".
Podríamos definir la homeostasis como la tendencia hacia el equilibrio, una característica fundamental de todos los sistemas. Es un término muy común en el estudio de los procesos fisiológicos como el hambre, la sed, etc.
Este concepto fue introducido en la terapia familiar por Donald Jackson (primer director del MRI), en la década de los cincuenta.
Jackson tomó el término, que ya se venía utilizando en la comunidad científica desde principios de los años 30, y lo aplicó al sistema familiar.
Un sistema homeostático es, por definición, un sistema abierto, es decir, recibe retroalimentación o feedback del exterior y por tanto mantiene sus funciones y su estructura a través de una multiplicidad de equilibrios dinámicos, controlados por mecanismos de regulación.
O dicho de un modo más sencillo, el sistema permanece en equilibrio porque se comunica con el exterior, regulándose en función del entorno y de sus necesidades.
Por lo tanto, podemos decir que la homoestasis es una condición esencial para la supervivencia del sistema.
Es imposible perdurar sin adaptarse a los cambios del entorno y evolucionar.
Morfogénesis
Esto nos conduce a otra de las propiedades del sistema, la morfogénesis, que se refiere a las modificaciones y el crecimiento del sistema, es decir, la capacidad de adaptación y cambio.
Los períodos de cambio o desequilibrio, provocados por el feedback del exterior, se van alternando con periodos de equilibrio, ya que se activan los mecanismos homeostáticos.
De modo que el sistema tiende al mismo tiempo a la conservación (homeostasis) y a la evolución (morfogénesis), lo que le permite atravesar las distintas etapas del ciclo vital.
¿Y cómo se aplica esto a la psicología?
Los mecanismos homeostáticos en psicología son aquellos patrones de conducta que están destinados a devolver al sistema a su estado de equilibrio.
La rigidez de los patrones de conducta está vinculada con la disfunción, o síntoma, entendido como
"el precio que debe pagar el sistema por mantener el equilibrio".
El sistema se vuelve sintomático cuando el coste de mantener el equilibrio es más alto que el beneficio del cambio o adaptación. Por ello, cualquier intervención psicosocial está dirigida, implícita o explícitamente, a transformar estos mecanismos homeostáticos rígidos en otros más flexibles y funcionales.
Utilidad
Algunas preguntas que nos podemos hacer para detectar la influencia de estas fuerzas sobre la familia, consultante o pareja que tenemos delante:
¿Cómo de importante es para estas personas que las cosas sean predecibles/controlables?
¿Quién es la persona más interesada en
- que las cosas cambien
- que todo vuelva a ser como antes?
¿Hay alguien que esté dando pistas de que necesita avanzar en su ciclo vital?
¿Hay pistas de que alguien esté boicoteando el avance?
ALBA ALBA PONS
Muchas gracias por este Podcast Sara. Te agradezco la claridad y lo didáctico de tus explicaciones en torno a esos dos conceptos que parecen muy básicos pero que encierran mucha complejidad.
Como dices, la verdadera utilidad radica en poder identificar de qué manera están actuando ambos en el sistema y tratar de sacarles el máximo partido, algo de lo que te has encargado hoy con mucha habilidad.
Pensaba en una de las preguntas que nos has dejado como pista, y pensaba también en cierto peligro que podría entrañar, lo cual la hace más interesante aún.
Me refiero en concreto a esta:
• ¿Quién es la persona más interesada en que las cosas cambien y quién en que vuelvan a ser como antes?
Particularmente, de acuerdo a lo que he observado en mi modesta experiencia, en ocasiones me he encontrado que la misma indagación que planteas me ha llegado a confundir si solo la enfoco en sentido lineal. Eso me ha obligado a regresar sobre ella para darle una segunda mirada y volverme a cuestionar su enfoque..
Se me ocurre pensar entonces que la misma pregunta puede tener varias combinaciones, por ej.:
-No siempre la persona más interesada en que las cosas cambien es la que está más interesada en el cambio.
O,
-No siempre la persona más interesada en que las cosas vuelvan a ser como antes es la que no desea que se produzca el cambio.
Y así, muchas variantes más…
Y como inevitablemente siempre viene a la mente algún caso, comento este en el que se pone de manifiesto la primera de ellas:
En este, según mi opinión, la persona que estaba más interesada en que las cosas cambiaran no tenía mucho interés en el cambio en si, pues el cambio para ella era una especie de puente o elemento transitorio a través del cual podía lograr que las cosas volvieran a ser como antes.
Se trataba de una Sra. que estaba viviendo una situación de maltrato de parte del cónyuge. Ella, además de quejarse sobre su conducta y de ser la única que se trataba, ponía todo su empeño en lograr que el marido recibiera terapia. Hacía múltiples intentos para que eso ocurriera, pues estaba convencida de que la causa de los problemas de la pareja era el alcoholismo del marido y una vez que se tratara, estos desaparecerían. Sin embargo, en el momento en que se les propuso hacer terapia de pareja, el esposo se opuso y ella lo apoyó.
Ambos se negaron, ella en particular porque temía perderlo, pues su interés era conservar la pareja, no liberarse del maltrato del cual no era consciente (ni quería enfrentar).
Me planteaba entonces, si podríamos añadir una pregunta más: ¿para qué se necesita el cambio o para qué no se necesita?…
Me gustaría oír la opinión de todos!! Gracias otra vez Sara..
Sara González Cuesta
Gracias por el feedback, Alba! Me alegro de que te haya parecido un capítulo estimulante! 🙂
Con respecto a tu sugerencia de pregunta me parece hiper interesante lo que planteas. Totalmente de acuerdo. Es una pregunta peligrosilla que tiende a simplificar lo que puede ser una realidad compleja y llena de contradicciones.
Tomo nota de tu contrapropuesta de pregunta. El "para qué" siempre ayuda a aclararse. GRACIAS!!
ALBA ALBA PONS
A ti Sara!! Saludos!
Beatriz Pinto Recio
Gracias Sara.
La chichilla teórica siempre viene bien,estos dos conceptos pueden ser la base de tantas situaciones en terapia y no las tenía muy presente, sí las he usado porque aplicamos conceptos teóricos sin darnos cuenta, pero no las he llevado a su máximo potencial,así que agradecida,como siempre por compartir tus conocimientos.
Ximena
Muy bien explicado!
Gracias!