Hay muchas formas de referirse a esta técnica, estrategia o herramienta en psicoterapia: La pregunta milagro, pregunta por el milagro, quizás la más común sería: la pregunta del milagro.
Sin embargo sería más preciso hablar de "preguntas del milagro". En plural. Porque en realidad es una forma de indagación que genera una línea de preguntas relacionadas.
Origen de la pregunta del milagro
La primera referencia del uso de este tipo de preguntas la encontramos en Milton Erickson, aunque no es exactamente la misma técnica. Erickson las llamaba técnicas de pseudoorientación temporal, un ejemplo sería su clásica técnica de la bola de cristal. Básicamente buscaría que la persona se diera permiso a imaginar una realidad en la que el problema que trae a consulta ya está resuelto.
El equipo de Milwaukee, con Steve de Shazer, Insoo Kim Berg y otros, popularizaron el uso de este tipo de preguntas y consolidaron lo que hoy llamamos pregunta del milagro.
Concretamente fue creada por Insoo Kim Berg, para ayudar a una persona con problemas con el alcohol a imaginar un futuro diferente al margen del problema. Su cliente, angustiado dijo: "quizás sólo un milagro podría salvarme". Insoo tomó sus palabras y se las devolvió a modo de pregunta: "Imaginemos que ese milagro hubiera sucedido, qué sería diferente?" Rápidamente descubrieron el potencial de la pregunta.
Desde los años ochenta, es una de las piedras angulares de la Terapia Breve centrada en soluciones.
Formulación clásica de la pregunta del milagro
“Imagina que esta noche te vas a la cama y, mientras estás profundamente dormida… algo maravilloso sucede, un auténtico milagro… y hace desaparecer el motivo de queja… Cuando mañana despiertes, el milagro ya habrá sucedido, pero tú todavía no lo sabes, porque ocurrió mientras dormías… ¿Qué notarás que te hará darte cuenta que el milagro ha sucedido? ¿Quién será la primera persona que lo descubra? ¿Qué será exactamente lo que verá esa persona que le hará pensar que el milagro ha tenido lugar? ¿Y luego, quién más se dará cuenta?...”
Objetivos de la pregunta del milagro
- Marcar metas terapéuticas, es decir, Guiar hacia dónde nos dirigimos.
- Dibujar una realidad en la que el problema no está presente. Evitar un discurso saturado del problema.
- Proyectar al futuro preferido.
- Pormenorizar los detalles. Construir una proyección plausible libre del problema.
- Explorar personas significativas que detectarían los cambios.
- Averiguar qué se está dejando de hacer por la problemática.
- Generar una experiencia emocional. La persona lo cuenta como si lo estuviera viviendo. Conecta emocionalmente con un futuro libre del problema y esa experiencia emocional deja una huella.
- Causar anticipación y por tanto expectativas ante la posibilidad de librarse del problema.
- Ayudar a detectar futuras excepciones, porque algo de lo que experimente en adelante puede parecerse a la situación post-milagro.
Formulaciones alternativas de la pregunta del milagro
La forma en que se formule la pregunta es lo de menos. Lo ideal sería utilizar las palabras del consultante, adaptar la pregunta a sus creencias, modelos mentales, jerga... Pero además, debemos sentirnos igualmente cómodos al formularla, así que es imprescindible darle nuestro toque personal.
- Varita mágica.
- Chasquido de dedos.
- Hada madrina que te concede un deseo.
- Tu ángel de la guarda.
- Tu inconsciente a través de un sueño te ayuda.
- ...
Algunos ajustes de la pregunta que te pueden ayudar
- Si fuera una película que alguien está viendo sin sonido ¿Qué vería?
De esta manera fuerzas un poquito a la persona a que genere una descripción observable y evitar respuestas como "estaría mejor, más feliz" ¿Y cómo notaría eso un espectador?
- “...aprendes todo lo que necesitas saber para superar esta situación…”
De esta manera evitamos que el milagro consista en cosas como que le toque la lotería, que su madre cambie...
En su lugar, el milagro parte de la persona. De manera que cualquier diferencia que identifique en su entorno la habría provocado ella y no algo fuera de su control.
¿Cuándo formular la pregunta del milagro? En qué momento es más adecuado?
Es imprescindible que haya un clima de confianza.
Tiene sentido hacerlo al principio, porque ayuda a definir los objetivos terapéuticos. Hacia dónde nos dirigimos. Sería un poco absurdo utilizarla en una sesión avanzada. Pero no es obligatorio usarla en una primera sesión si no se dan las condiciones, si vemos que no encaja.
No se debería formular a la ligera. Es importante crear las condiciones necesarias para que las personas se encuentren listas para empezar a imaginar un futuro a la medida de sus necesidades y sueños.
Para seguir tirando del hilo
Como decíamos, más que una pregunta, son un conjunto de preguntas y nos pueden dar mucho juego para explorar un futuro preferido. Estas son algunas sugerencias de cómo avanzar en la indagación a partir de la pregunta del milagro:
¿Recuerdas algún momento en tu vida en que este milagro, o parte de él, haya sucedido? ¿Recuerdas algún momento en que hayas estado cerca de que sucediera o alcanzarlo, y el problema te haya afectado menos? ¿Qué recuerdas? ¿Qué sucedió? ¿Qué fue diferente?
¿Qué harías que no estás haciendo ahora?
¿Qué sería diferente? (Especialmente para manejar respuestas del tipo “No discutiríamos tanto”)
¿Y una semana/mes después del milagro? ¿Cómo se ha consolidado el cambio? ¿Qué cosas son importantes mantener?
Alguna parte del milagro ¿Ha sucedido alguna vez?
Milagro como tarea
Desde el modelo estratégico se plantea la posibilidad de utilizar el milagro descrito como prescripción. Es decir, simular pautadamente que el milagro ha sucedido, con el fin de generar excepciones deliberadas.
Siempre planteado como experimento para observar las reacciones de los demás, que son ajenos a la tarea, incluso a la formulación del milagro. La idea es exponer a la persona a excepciones deliberadas para luego seguir indagando por ahí.
Otras consideraciones
- Su uso se extiende fuera de la sistémica a otros modelos. Al fin y al cabo, marcar metas es algo común a casi cualquier modelo terapéutico.
- Es imprescindible sentirse cómoda formulando esta pregunta. De alguna manera, creer en ella. En su potencial y el valor de explorar a través de su uso. Y la mejor forma de interiorizarla es practicando mucho.
- Es importante usar un tono sugestivo al formularla. Tratamos de ayudarles a visualizarse y para ello requiere cierta emoción.
- Hay que preparar el terreno. Arrancar con algo tipo “te voy a hacer una pregunta un poco extraña...”
- No es una pregunta sencilla. La mayoría de las personas necesitan meditar antes de contestar. Hay que ser pacientes.
- Da mucho juego el posicionarlos en lo de “...tú aún no eres consciente de que el milagro ha sucedido porque ocurrió mientras dormías...” para que luego tengan que focalizarse en detalles muy concretos que les hacen darse cuenta de que el milagro sucedió.
- Es importante manejar nuestras expectativas. A veces la pregunta no encaja. No fluye, Podemos encontrar respuestas encalladas del tipo: “no sé”. Y no hay que forzar demasiado. Quizás no era el momento adecuado.
María Liliana Racedo
Me parece tan interesante , las técnicas de sanación que se sienten en el cuerpo.