En este capítulo vemos otra de las directrices que marcaba el equipo de Milán: Circularidad, neutralidad, hipotetización.
Revisamos la primera de ellas, la circularidad, en el anterior capítulo.
De los tres, este es el concepto más conflictivo. Ha dado lugar a mucha investigación.
Orígenes de la neutralidad en psicoterapia
Ya se hablaba de neutralidad en 1912, desde el modelo psicoanalítico:
Una de las cualidades que definen la actitud del analista durante la cura. El analista debe ser neutral en cuanto a los valores religiosos, morales y sociales, es decir, no dirigir la cura en función de un ideal cualquiera, y abstenerse de todo consejo; neutral respecto a las manifestaciones transferenciales, lo que habitualmente se expresa por la fórmula «no entrar en el juego del paciente»
Algunas veces podemos ver la neutralidad como aspiración a alcanzar cierta objetividad frente a los hechos que nos están contando en la sesión.
En terapia individual se habla de rapport (compenetración), entendiéndolo como:
Vinculación entre dos o más seres humanos. Sintonía psicológica y emocional que se necesita para que puedan producirse cambios en alguna de las partes.
La neutralidad en Sistémica
Como decíamos, es la escuela de Milán quien en 1980 define la neutralidad como:
“La habilidad del terapeuta en el curso de la entrevista para posicionarse aliado con todos los miembros de la familia y con nadie al mismo tiempo” (Selvini et al., 1980, p. 9).
Es decir, manejar la sesión de tal forma que al término ningún miembro de la familia/pareja tiene la sensación de que éste hubiera tomado partido por alguien en particular.
Incluyendo los miembros del sistema que no están presentes en la sesión.
El significado que se le ha dado a la neutralidad ha evolucionado a medida que se transforma el rol del terapeuta hacia una visión más postmodernista en la que facilita el proceso, acompaña, pero no es el “ejecutor” del cambio.
Terapia feminista
Para las feministas, en cambio, mantenerse neutral en situaciones en las que el poder está en posesión de uno de los miembros de la pareja apoya dicho estatus, y por consiguiente, contribuye a la opresión hacia la parte más débil. Por tanto, lejos de ser deseable, la neutralidad es un objetivo a combatir en terapia.
Terapia estructural
Desde el punto de vista del enfoque estructural, la neutralidad es imprescindible, pero a su vez, se rompe radicalmente en el momento del desafío.
Es imprescindible una primera fase de joining y acomodación, que se genere una atmósfera de confianza para luego provocar el desequilibrio que dé lugar al cambio del sistema hacia un estado deseado o preferible.
Neutralidad vs alianza terapéutica
De manera que podríamos decir que existen varias formas de entender la neutralidad, desde una más estratégica, de la que hablaba el equipo de Milán, hasta una más relacional, más próxima a lo que conocemos actualmente como la Alianza Terapéutica, considerada un factor común de todos los modelos terapéuticos.
Sin embargo, ambos conceptos pueden entenderse como antagónicos. Mientras que la neutralidad se podría definir como el "no tomar parte", la alianza terapéutica hace referencia al fenómeno de coaligación entre el profesional y los consultantes o usuarios. A través del cual, comparten una meta, confían mutuamente, etc.
Lectura del relato "Enredo"
Del libro: Retratos de resiliencia. Relatos sobre la emoción y el cambio en psicoterapia.
Forma parte del primer bloque de relatos (en sesión)
- En sesión
- Mensajes y cartas
- Historias de vida
- Coronavidas EVENTO. viernes 12 de febrero: Retratos de resiliencia: Coronavidas y otros relatos de psicoterapia
Muchisimas gracias por "enredarme" con estos conceptos...un desafio pensarlos y repensarlos!!
Saludos!
Gracias Betina! Por dejarte enredar 😉
Un abrazo!